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Mal de altura, Mal de Montaña, qué es y que hacer.



¿Qué es el mal de altura?

El mal de altura es una afección que puede ocurrir cuando su cuerpo no recibe suficiente oxígeno. Los lugares con grandes altitudes tienen menos oxígeno que los lugares con altitudes más bajas. Cuando se pasa de baja a alta altitud, su cuerpo tiene dificultades para adaptarse al cambio en los niveles de oxígeno.

La gravedad de los síntomas del mal agudo de montaña es directamente proporcional a la altitud a la que nos encontremos. Normalmente los signos de que este problema nos está afectando suelen aparecer entre los 1.000 y los 3.000 metros. El organismo tarda de cuatro a 10 horas en mostrar los síntomas después de verse expuesto al ambiente bajo en oxígeno de las montañas, por eso si el ascenso ha sido muy rápido éstos pueden aparecer de manera repentina y más fuertemente que si el ascenso ha sido lento.


A los 2.200 metros sobre el nivel del mar empiezan a aparecer síntomas leves de mal de altura, entre los que se encuentran los mareos, pulso y respiración rápidos, poco apetito, disminución de la producción de orina, dificultad al respirar (sobre todo por las noches), y dolores leves de cabeza.


Si se sigue ascendiendo, a una altitud de 4.000 metros se agrava el estado de salud, apareciendo síntomas como debilidad general con dificultad para seguir avanzando, disminución significativa de la capacidad pulmonar y comienzo de náuseas y vómitos.


A partir de 6.000 metros de altitud se ven afectadas la visión y la conciencia, signos de la falta de oxígeno en el cerebro. La disminución de la presión atmosférica facilita el paso de líquidos a los tejidos, provocando hinchazón en las manos y pies, algo que también puede notarse en los ojos y en la cara. Como consecuencia del traspaso de líquidos, en casos extremos el mal agudo de montaña provoca edemas pulmonares, lo que comúnmente se llama “pulmones encharcados”, así como edema cerebral. Esto ya se considera de gravedad máxima, pues pone en peligro la vida de la persona y si no se actúa en consecuencia puede conllevar a la muerte.


Si cuando estamos ascendiendo a una zona natural a gran altitud notamos que nosotros o alguien de nuestro entorno está empezando a sufrir síntomas como mareos, dificultad al caminar o nauseas, y no hay otras razones a las que achacarlos, se debe sospechar inmediatamente de que se trata de mal de montaña , y parar a descansar o si es necesario, descender hasta que se frenen los síntomas. 


Tratamiento para el mal de altura

Es importante tratar el mal de altura tan pronto como comiencen los síntomas. Lo primero que debe hacer es bajar de manera segura a una altitud inferior de inmediato. Si sus síntomas son leves, puede mantenerse a esa altura y dejar que su cuerpo se adapte. Si hace esto, no haga ejercicio en absoluto. Descanse y beba agua hasta que se sienta mejor. Puede ser útil usar un dispositivo que proporcione oxígeno adicional.

Si es necesario, su médico puede recetar medicamentos para prevenir o tratar los síntomas. Un ejemplo es la acetazolamida. Al tomar este medicamento, beba mucha agua y evite el alcohol.


¿Es seguro ir a una gran altitud si tengo una enfermedad crónica?

Depende del tipo y la gravedad de la enfermedad crónica que tenga. Hable con su médico antes de viajar a una gran altitud.


La mayoría de las personas con enfermedades cardíacas o pulmonares pueden pasar tiempo de forma segura a gran altitud si su afección está bajo control. Las personas que tienen enfermedad de las arterias coronarias, enfisema leve o presión arterial alta no corren un mayor riesgo de contraer males de altura. No empeorará la enfermedad viajando a gran altura. Tener sobrepeso tampoco aumenta su riesgo.


Las altitudes elevadas pueden ser muy peligrosas para las personas que tienen:

Anemia falciforme

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

Enfisema severo

Cardiopatías graves.


¿Es seguro para los niños ir a grandes altitudes?

En general, es seguro para los niños ir a grandes altitudes. Sin embargo, es más probable que contraigan males de altura porque a sus cuerpos les cuesta adaptarse al bajo nivel de oxígeno. Los niños también pueden no ser capaces de reconocer los síntomas de un mal de altura. Los padres y otros adultos deben observar cuidadosamente cualquier señal en los niños.



Ya lo sabes, ahora a entrenar ese cuerpo para que aguante grandes alturas!!!!


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